En nuestros hogares aprendimos que los valores que definen la vida en comunidad: amistad, confianza, responsabilidad y compromiso con el bien común, se aprenden en nuestros primeros años. Son decisivos para que tanto el hogar como el colegio influyan y moldeen la personalidad y el carácter que hará que seamos mejores personas y mejores católicos.
Por esas razones, nuestros tres hijos han comenzado desde sus primeros pasos e infancia su educación en el Preescolar Andes, por tener la seguridad que allí recibirán del colegio y de sus Misses la formación académica, religiosa y social que les permitirá crecer con los valores que son propios de las personas con integridad, honestidad y solidaridad”.